En el marco conmemorativo del día Interamericano de la Calidad del Aire, la Asociación de Protección Ecológica Haras Flor del Bosque, dio inicio a una campaña de reforestación de gran alcance con el objetivo de sembrar 5 mil árboles en la zona de Flor del Bosque, el municipio de Amozoc con sus juntas auxiliares y el desarrollo Haras; donde se incluirán a 10 diversas organizaciones entre civiles, educativas, gubernamentales y eclesiásticas, para lograr esta tarea, aprovechando la temporada de lluvias.
Con la presencia de destacados comisionados de los sectores participantes, se resaltó que las 5 mil especies de árboles donados, provienen de los viveros con lo que cuenta Haras Ciudad Ecológica, ofreciendo para esta siembra especies de la calidad del cedro blanco, encinos y jacarandas.
El objetivo de esta campaña organizada por la Asociación de Protección Ecológica Haras, es continuar con el cuidado y desarrollo de la zona boscosa con la que cuenta este sector, ubicado al norte de la metrópolis poblana, sitio único, debido a que en los otros tres puntos cardinales del área urbana, no existe una zona habitable con tal densidad arbórea similar a Flor del Bosque. Tan solo en el cerrejón de Amozoc, en su proyecto urbano actualizado, arroja que el 28 por ciento de la demarcación es área urbana, mientras que el 72 por ciento restante es área natural y área agrícola.
ORGANIZACIONES QUE INTEGRAN LA CAMPAÑA DE REFORESTACIÓN
Las organizaciones que se sumaron al proyecto de reforestación, mismas que recibirán su número o porcentaje de especies arbóreas para su plantado, destaca la de José Antonio González Quintero, representante de los posesionarios ejidales de San Salvador Chachapa; Pedro García representante del grupo Tierra de la Misericordia; el padre Luis Fernando Herrera Zamora, misionero diocesano representante de la Arquidiócesis de Puebla; y el municipio de Amozoc con José Hugo Torres Cano, regidor de Desarrollo Urbano, Ecología, Medio Ambiente, Obras y Servicios.
Así mismo se suman al proyecto, la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), con la presencia del doctor Dionisio Juárez Ramón, director del Centro de Agroecología del Instituto de Ciencias; el colegio Teresiano América Haras, al frente de la madre Lucila Martínez González; la señora Noemí Treviño González, representante del grupo de colonos de Haras, que en la actualidad suman a cerca de mil familias; el maestro Roberto Borja Ochoa testigo de honor; la maestra María Trinidad Barrón García, en representación del ciudadano Samuel Aguilar Pala; así como Gerardo Feldmann González.
ACADÉMICOS Y SOCIEDAD CIVIL, APLAUDEN EL PROYECTO HARAS.
Finalmente, en la intervención de los presentes, destacó la grata opinión que tienen sobre el concepto de la Ciudad Ecológica Haras. El ex vicerrector académico de la BUAP, José Luis Cardona, opinó que el fraccionamiento se convirtió a través de un grupo de empresarios, en un bosque que se recupera. “Así no estaba hace 30 años”, expuso el académico. “Ha recuperado su nivel de majestuosidad, incluso se puede observar de manera satelital la gran diferencia del verdor de Haras a comparación de sus alrededores o con el propio parque estatal Flor del Bosque”.
Gerardo Feldmann García, ahí presente, sucesor de la dinastía Feldmann Petersen, comentó: “Carlos Haghenbeck tiene 40 años impulsando el desarrollo Haras, y al igual que mi padre y mis abuelos de quienes fue gran amigo, ha dado parte de su vida para hacerlo realidad. Si Haras no existiera, estos cerros y bosques ya serían carbón por los leñadores. La gente opina que nos hemos beneficiado, pero no es así. En su momento, nosotros mismos cuestionamos a nuestro padre Klauss, por haber puesto en riesgo todo el patrimonio de la familia, pero su ideal era tan grande, que sacrificó la situación financiera y económica de sus hijos y esposa, y al final, el bosque aquí está. Creo además que el Parque Estatal desde su inicio, ha sido un área no aprovechada, porque podría convertirse en un gran atractivo turístico para Puebla”, concluyó.
Finalmente, Dionisio Juárez Ramón, director del Centro de Agroecología del Instituto de Ciencias de la BUAP, consideró a Haras como un ejemplo que se puede seguir. “Compartimos en nuestro Ecocampos un trabajo conjunto con este desarrollo habitable, manteniendo intercambios de información, al encontrarnos en sus bosques espacios de conservación y vegetación original, ya que cuidan la flora y la fauna nativa, así que aplaudimos el trabajo de conservar estos bosques de forma intacta”, concluyó.